Nueva York. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, inauguró este martes los debates de la Asamblea General de las Naciones Unidas con un contundente mensaje sobre la falta de cumplimiento de los acuerdos climáticos. En su discurso ante líderes mundiales, Lula destacó que “el planeta está lleno de acuerdos climáticos que no son cumplidos” y subrayó la urgente necesidad de compensar financieramente a los países más pobres que conservan sus selvas, un tema que ha sido sistemáticamente ignorado por las naciones más desarrolladas.
Lula alertó sobre el grave estado del planeta, mencionando que “2024 va camino de ser el año más caliente de la historia moderna”. Citó la ocurrencia de huracanes en el Caribe, tifones en Asia, sequías e inundaciones en África y lluvias torrenciales en Europa, mientras el mundo continúa invirtiendo “cada vez más en guerras”. El presidente también hizo referencia a los desastres naturales en Brasil, que este año ha enfrentado inundaciones graves en el sur y los efectos de la sequía y las altas temperaturas en la Amazonía y otros biomas.
A pesar de los desafíos, Lula reafirmó su compromiso de reducir la deforestación ilegal, la cual ha disminuido un 50 % en el último año y medio, con el objetivo de alcanzar cero para el año 2030. Destacó la importancia de mantener un diálogo permanente con los pueblos indígenas, afirmando: “Ya no es más admisible pensar en las selvas sin escuchar a los pueblos indígenas”.
El gobierno de Lula, aunque comprometido con la defensa del medioambiente, ha enfrentado dificultades para controlar los incendios forestales de este año, que se han atribuido tanto a la crisis climática como a la acción humana. Estos temas, junto con la promoción de la transición energética, forman parte de la agenda del G20, que este año está presidido por Brasil y reúne a las mayores economías del mundo, enfatizando la necesidad de una acción colectiva en la lucha contra la crisis climática.
